La propuesta de Sylvie Bussières Objetos de adopción es una selección de instalaciones y trabajos escultóricos realizados desde el año 2000 hasta el 2003. La muestra, configurada como "una representación de luces, formas y materiales", según señala la autora, "compagina la expresión estética con cuestiones conceptuales sobre las apariencias de la naturaleza y el artificio", e incluye las series Jardín de momias (2000), Los útiles-inútiles (2001), Los inútiles de cristal (2002), Mural de fotogramas (2003) y Tótems de teteras (2003). La exposición permanecerá en la Sala Sempere del MUA del 11 de abril al 30 de junio de 2003.
Basándose en las ideas del Arte Povera (tendencia artística donde las obras se realizan con materiales aparentemente pobres), y en las del Ready Made, que inaugura Marcel Duchamp en 1913 con su rueda de bicicleta "estéticamente anestesiada", Bussières elabora sus instalaciones a partir de materiales orgánicos e inorgánicos y objetos encontrados, otorgándoles un nuevo significado mediante la intervención artística. En Jardín de momias la autora efectúa una reflexión sobre la idea de preservación de la forma tras la muerte a través de figuras zoomórficas elaboradas con escayola y recubiertas de algodón, presentadas en el interior de jaulas metálicas.
Para la serie Los útiles-inútiles, Bussières cuestiona el utilitarismo de la sociedad de consumo mediante la alteración de cucharas, tenedores, tijeras y otros objetos cotidianos deformados y envejecidos, recubriéndolos con hilo de cobre oxidado, acción que les confiere una nueva dimensión plástica: la apariencia de seres vivos. Lo mismo sucede con la serie Los inútiles de cristal, donde el vidrio fundido y deformado "propone una experiencia sensual de los materiales, y el concepto de reciclaje se convierte en una experiencia creadora".
En Mural de fotogramas se plasma en fotogramas las deformaciones de los objetos. Esta técnica permite resultados plásticamente sorprendentes con el cristal. "Las imágenes resultantes ¾según Bussières¾ sugieren el recuerdo de esos objetos, en un retorno a la memoria, a la historia y a sus referentes en nuestra cotidianidad. Perdidos en el territorio del olvido, se transforman en esculturas e imágenes que reencuentran una identidad y un lugar en nuestra propia experiencia. La desmembración de los objetos obliga al espectador a recomponer las sombras como si se tratara de un rompecabezas".
En Tótems de teteras, Bussières apila teteras de diferentes épocas y estilos, convirtiéndolas en tótems que exhalan vapor gracias a una bomba hidráulica.
