La Pequeña Habana ha sido el hogar de generaciones de inmigrantes que han iniciado su camino allí con el fin de alcanzar el llamado “sueño americano”, y es también un símbolo de la inclusividad dentro del imaginario de todos aquellos que llegan a Miami. Es barrio conocido en el mundo entero por sus locales musicales, por la algarabía de sus calles y su gente. Sin embargo, cuando miramos las fotografías que conforman esta serie de Rainy Silvestre, no percibimos nada de esto. Estas instantáneas recuperan aquellos reductos de paz y cotidianidad que el barrio atesora. Son fotografías realizadas desde la pausa y la tranquilidad que confiere el trabajo en analógico. Little Havana nace, según el propio autor, de los paseos exploratorios por el barrio que le dio la bienvenida al llegar de Cuba. Se convierte así en una constante búsqueda de lugares comunes que lo vinculan con aquellos inmigrantes que han ido llegando desde los años sesenta y siguen llegando al barrio.
El autor nos regala un registro de las calles que forman parte de sus primeros recuerdos en Estados Unidos: aquellas casas o comercios que sin formar parte todos de su propia vivencia los asume como suyos, y al mismo tiempo los sentimos nuestros también. Estas escenas ordinarias y habituales se transforman en algo más profundo, ya que su belleza no se encuentra en la primera capa sensorial que las envuelven; sino que apunta a referentes históricos, sociales y emocionales, reforzando de esta manera el potencial estético de lo cotidiano.
Rainy Silvestre es un fotógrafo cubano que comenzó a fotografiar desde hace más de diez años, y es un claro heredero de la tradición de los fotógrafos americanos de los años setenta, los cuales jugaban ya con el color, la selección de motivos, el encuadre y la composición con el fin de oponerse a los cánones estéticos existente en la época.
Esta serie no va de Little Havana, es Little Havana. Es una obra que combina de manera magistral la utilización del color, el encuadre y la composición, que transforma lo mundano y cotidiano en una meditación reflexiva profunda, que parte de lo auto referencial a lo universal.
El autor logra captar el alma de un barrio, sus calles, su cultura sin caer en clichés ni superficialidades. Es una obra sincera y bondadosa, que devuelve a la ciudad que le vio llegar un mensaje de agradecimiento, venerando sus rincones y tesoros más escondidos.
Sarah Bejerano. Barcelona, 2019
Rainy Silvestre / Cuba 1975
Rainy Silvestre comenzó su viaje fotográfico como fotógrafo autodidacta, pero desde entonces se graduó del Instituto de Fotografía de Nueva York. Su fotografía es un compendio de la vida y una relación directa con su entorno. Silvestre siente que el vínculo entre objetos, espacios y emociones humanas es clave para su oficio. Intentar mostrar esta conexión es su principal objetivo como artista.