“A la creación se responde con emociones, no con ideas”
Hernández Pijuan
Cuando se cumplen quince años del fallecimiento de Joan Hernández Pijuan (1931-2005), el Museo de la Universidad de Alicante, en colaboración con la Colección Ars Citerior, han querido recordar a un pintor que, con una capacidad de síntesis excepcional y mediante su gesto sobre el lienzo o el papel, proporcionó un importante legado al arte contemporáneo de nuestro país, del que hemos querido mostrar en la sala Sempere cerca de una treintena de piezas de pequeño y mediano formato, que abarcan su trayectoria entre 1967 y 2004. Difícil encontrar un mejor lugar para realizar esta exposición que la sala que lleva el nombre de su buen amigo, Eusebio Sempere. Con esta muestra se rinde homenaje a un pintor coherente, sencillo y silencioso, como también lo fue el pintor de Onil.
Joan Hernández Pijuan comenzó su formación en Barcelona, asistiendo a las Escuelas de La Lonja y de Bellas Artes de Sant Jordi, para a continuación completar su formación en la de Bellas Artes de París. En 1981 fue nombrado catedrático de la Facultad de Bellas Artes de Barcelona, siendo decano de dicha Facultad entre 1992 y 1997. En el año 2000 fue nombrado académico de la Real Academia de San Fernando de Madrid. En 1981 recibió el Premio Nacional de Artes Plásticas, en 1985 la Cruz de Sant Jordi y, en 2004, el premio Ciudad de Barcelona, entre otros galardones.
Hernández Pijuan inició su obra plástica dentro del expresionismo. En los años setenta simplificó su expresión hasta adoptar una figuración geométrica y muy calculada, un estilo que dejó atrás en la década siguiente, para centrarse en una abstracción lírica donde la memoria del paisaje estará siempre presente. En palabras del propio pintor: “Para mí ese paisaje por el que he pasado, paseado y estado cientos de veces, siendo igual o siendo el mismo, siempre puede ser distinto, siempre hay un momento en que la luz cambia, en que el horizonte está más nítido”.