El MUA selecciona cada curso académico un conjunto de obras, entre las más de 1.600 integradas en sus fondos, que permite plantear una aproximación temática, formal o conceptual al patrimonio artístico universitario. Para este curso 18/19, el criterio que ha guiado nuestro trabajo ha sido buscar las múltiples posibilidades de relación que existen entre diversas expresiones artísticas –pinturas, serigrafías, fotografías, collages, esculturas, etc.– y formas literarias que van desde los caligramas a la poesía visual, pasando por la narración o los fotopoemas.
Más de una veintena de obras, realizadas por 14 creadores y creadoras, conforman esta propuesta multidisciplinar en la que encontramos poemas que son fuentes de inspiración y creación para los y las artistas: los versos de Federico García Lorca se materializan en las formas dinámicas de Ricardo Junio; la espiritualidad de la poesía de San Juan de la Cruz se funde con la serigrafía de Eusebio Sempere; las desgarradoras palabras de Jorge Manrique cantando a la muerte de su padre son plasmadas en el gran lienzo y la paleta oscura de Emilio Zurita; la emoción de los poemas que Miguel Hernández dedica a su hijo es atrapada por la materia de Rafael Maestro; la joven poesía de Raúl Morales García encuentra evocación plástica en la obra de Albert Agulló; Ovidi Montllor canta los versos de Vicent Andrés Estellés y ambos creadores inspiran el doble homenaje de Antoni Miró.
En la muestra encontramos también ese recorrido inverso que va de la obra artística a la poética; es el caso del poema creado por Margarita Borja para la composición abstracta de Elvira Pizano o de los textos poéticos creados por Ismael Belda para los paisajes fotográficos de Ángel García Catalá.
Un paso más allá lo encontramos en la obra de Joan Brossa, al crear poemas-objeto en los que se fusiona plenamente poesía, pensamiento, volumetría y materialidad.
Otro conjunto de obras es el formado por aquellas basadas en personajes u obras literarias: Alicia en el País de las Maravillas inspira el políptico autobiográfico diseñado por Mónica Sans Carré; múltiples referencias de la literatura universal están presentes en el imaginario de los Fragmentos del Mal Blanco de Nacho Bolea; el personaje y las aventuras de Don Quijote de la Mancha son retratados por Pepe Azorín y Wilheim Repsold.
El poema de Rafael Alberti “A la pintura”, que recibe al visitante y encuentra forma plástica en los trazos de María Dolores Mulá, funciona a modo de síntesis. Su elogio a lo que hay de razón y emoción, de luz y sombra, de realidad y sueño en la creación artística, bien podría trasladarse a ese otro lenguaje esencial que es la palabra.