La obra pictórica de Javier Lorenzo se caracteriza por la utilización de la naturaleza para crear retratos intimistas de lo cotidiano. En sus cuadros encontramos paisajes evocadores y personajes que deambulan por sus atmósferas, haciendo reflexionar al espectador sobre los problemas y preocupaciones del ser humano. Las figuras, en su mayor parte amigos y familiares, suelen estar representados caminando de espaldas en actitud contemplativa, adentrándose y conquistando un horizonte todavía por definir.
Este artista realiza un exhaustivo retrato de todo lo que le rodea, buscando la emoción de vivir hasta en lo más insignificante y efímero, como puede ser una simple lata abandonada en el asfalto.
En definitiva, las pinturas de Javier Lorenzo se presentan como una forma de conocimiento ontológico para llegar a comprender la propia esencia del individuo y el mundo que lo rodea a través de la reflexión personal. Esta exposición analiza la propia condición del ser humano y valora con magistral destreza y sutileza el valor de lo efímero cotidiano.